Ofrece un acabado mate, secado rápido y gran durabilidad. Además, puede ser antióxido y convertidor, lo que ayuda a prevenir la formación de óxido y preservar el sustrato durante muchos años.
El esmalte sintético puede ser aplicado tanto en interior como en exterior, siendo común su uso en recintos que requieren de limpieza periódica, como talleres, áreas de cocinas, fábricas industriales y baños. Se puede poner también sobre maderas, previo tratamiento, y en superficies como fierro, hormigón y metales.